Equilibrar la libertad y la seguridad es un problema difícil. En un extremo, la máxima seguridad esencialmente implicaría restringir completamente las acciones de las personas a la acción específica que maximizaría su seguridad. Por otro lado, la libertad completa sería un estado de anarquía y, por lo tanto, no de seguridad.
El equilibrio adecuado entre libertad y seguridad es inherentemente un juicio de valor. La democracia podría considerarse un buen marco para comprender el problema. En una democracia, los valores de las personas determinan el equilibrio entre libertad y seguridad. Sin embargo, la gente no siempre vota en su mejor interés, ni, en una democracia representativa, los funcionarios siempre actúan de acuerdo con las intenciones de los votantes. A menudo, estos dos factores pueden resultar en una pérdida tanto de libertad como de seguridad. Por lo tanto, una clave para garantizar este equilibrio es la educación adecuada de las personas sobre cada tema que afecta la libertad y la seguridad.
La total transparencia gubernamental no garantiza la libertad y la seguridad. La transparencia en una democracia puede ayudar a hacer cumplir la democracia al permitir que los funcionarios rindan cuentas por sus acciones. Sin embargo, la total transparencia paralizaría fundamentalmente muchas operaciones del gobierno que otorgan seguridad a los ciudadanos. Por ejemplo, la CIA se vería gravemente inválida si tuvieran que revelar las identidades de todos sus agentes. Los esfuerzos antiterroristas serían mucho menos efectivos si todas las personas pudieran acceder a la información sobre las operaciones. Al mismo tiempo, es necesario que existan controles adecuados para mantener controlado al gobierno para que no menoscabe la libertad. La transparencia total también perjudicaría, de hecho, la libertad. Un aspecto comúnmente ignorado y no transparente de la mayoría de las democracias es la votación secreta. Sin el secreto adecuado de las boletas, las personas podrían ser extorsionadas fácilmente para votar de cierta manera. Por lo tanto, la transparencia del gobierno es otro tema a considerar cuidadosamente al equilibrar la libertad y la seguridad.
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En última instancia, determinar el equilibrio entre libertad y seguridad se reduce a la persona. Personalmente, creo que la libertad de expresión y creencia debería ser de suma importancia. Se debe permitir que las personas piensen libremente y expresen sus ideas sin temor a reprimendas. Sin embargo, las acciones que perjudiquen significativamente a otros deben restringirse. Por ejemplo, la restricción adecuada de las armas es importante para evitar el uso de armas como un medio de dañar a las personas y restringir sus libertades. La pequeña reducción de la libertad se ve compensada por el aumento significativo de la libertad y la seguridad de proteger a las personas de la violencia. Incluso si los valores de las personas difieren del ejemplo, deberían ejercer un enfoque lógico y racional para determinar cómo equilibrar la libertad y la seguridad caso por caso. Al aplicar valores, creencias, buena información y pensamiento racional, cada persona puede determinar un equilibrio adecuado entre libertad y seguridad.