En las naciones democráticas, ¿se espera que los líderes tengan certeza sobre sus posiciones en los temas?

Depende del país y del sistema.

Países como los Estados Unidos utilizan un sistema de república presidencial, donde el puesto anterior se usa para elegir a los miembros de la Cámara de Representantes y el Senado. Como resultado de este tipo de sistema, han surgido dos partidos: los demócratas y los republicanos. Especialmente en los últimos tiempos, los demócratas y los republicanos se han vuelto bastante polarizados, por lo que se ven muchos políticos, especialmente del lado republicano, que son conservadores sólidos que no se comprometen. La tendencia tiende a ser que desde los estados extremadamente rojos (republicanos) y desde los estados extremadamente azules (demócratas), los políticos tienden a tener posiciones más extremas. Sin embargo, no diría que en los EE. UU. Los políticos tienen una postura binaria sobre los problemas, pero la polarización parece más evidente en los EE. UU. Como resultado de la naturaleza de su sistema, donde está centrado en el estado.

El Reino Unido y Canadá son sistemas parlamentarios, y nuestros gobiernos tienden a estar menos polarizados, pero aún utilizamos el primer sistema de correos para elegir a nuestros representantes, por lo que suele haber dos partidos principales que dominan la escena política. En el Reino Unido están los partidos conservador y laborista, mientras que en Canadá están los partidos conservador y liberal: ambos partidos luchan por el poder, pero hay partidos más pequeños que contribuyen a la escena política. Aquí suele haber más compromiso, especialmente en los parlamentos “colgados” (gobiernos minoritarios).

Luego están los países que utilizan la representación proporcional para elegir representantes, en lugar de primero pasar el puesto. Viene en muchas formas, y muchos países lo usan. En este sistema, hay más potencial para que se formen gobiernos de coalición, y para que los partidos más pequeños sean más prominentes. Raramente hay mayorías dominantes en estos sistemas, por lo que las partes tienen que trabajar juntas y comprometerse. Esto no se considera “débil”, sino más bien constructivo y, en general, más saludable para el país en su conjunto.

Para concluir, en la mayoría de las democracias, los políticos no toman posiciones extremas, y se espera que haya un compromiso; de lo contrario, uno se considera “marginal” y les será difícil ser elegidos. Nunca es tan simple como “izquierda” o “derecha”, “conservador” o “liberal”: la mayoría de los políticos tienden a estar más cerca del centro.

Por supuesto, ¿cómo espera que ganen las elecciones? Un candidato debe expresarse de manera positiva y segura y presentar la ideología de sus partidos para atraer la atención y los votos.

Corbyn, por ejemplo, no parece seguro ni positivo sobre nada, parece carecer de los aspectos necesarios de la personalidad, sin importar su ideología para poder ganar cualquier cosa, excepto donde predominan sus propios compañeros de viaje.