¿La toma de decisiones y la estrategia corporativa son las mismas?

No son lo mismo, pero están inextricablemente entrelazados. Es decir, la estrategia, ya sea a nivel empresarial o corporativo, se trata de tomar decisiones, y la toma de decisiones, en cualquier nivel, debe avanzar en la estrategia.

La medida en que la toma de decisiones a nivel de la junta es parte del proceso de desarrollo de la estrategia, y la toma de decisiones a nivel de la junta es informada por la estrategia, es una medida del dominio de la administración estratégica de la junta. Muchas corporaciones llevan a cabo una estrategia anual de “lluvia” donde el director de estrategia dirige a los planificadores para que presenten una estrategia que se presente a la junta para su aprobación. Este documento es el resultado de muchas decisiones, incluyendo dónde ir y qué hacer, y dónde no ir y qué detener. Estas pueden no ser más que recomendaciones, especialmente si los miembros del equipo de gestión no han participado en el proceso de desarrollo de la estrategia.

¿Qué sucede en la revisión anual de la estrategia? Los miembros de la junta leyeron el documento, bostezaron a través de la presentación del director de estrategia, aprobaron con la cabeza, se felicitaron mutuamente por tener una estrategia y luego comenzaron a ejecutar la empresa como si el documento no existiera. Esta desconexión entre la formulación de estrategias y la gestión empresarial es la razón clave por la que muchas estrategias fallan.

En contraste, un equipo de gestión que busca dominar la gestión estratégica comprenderá que cada acción, reacción, inacción e interacción en toda la empresa promulga la estrategia real que la empresa está siguiendo. Esto a veces se llama la estrategia “emergente”, porque es lo que surge cuando la empresa opera un día a la vez. Por supuesto, cada acción, reacción, inacción e interacción es el resultado de una decisión previa, que es informada por una gran cantidad de información. En la empresa madura, esta información se rige por la estrategia, tanto para aplicar la estrategia en el momento como para ajustar la estrategia cuando el futuro que llega difiere del previsto cuando se desarrolló la estrategia. Se trata de ser “estratégico” en lugar de simplemente “tener una estrategia”. La empresa estratégica transfiere la estrategia a cada departamento y función para que cada miembro del personal conozca sus objetivos, lo que necesitan para informar sobre la estrategia y la discreción permitida. Por lo tanto, el limpiador limpia el piso sabiendo que esto contribuirá a poner al primer hombre en la luna.

Como alguien lo ha dicho sucintamente, “si no sabe a dónde va, cualquier dirección servirá”. Dado que cada señal exige una decisión, si no tiene un mapa de ruta, elija el camino que le parezca mejor.

Para obtener 12 pasos para una estrategia convincente, vea Strategy Academy.

No. Uno ayuda al otro. Una estrategia corporativa (un resultado previsto o una meta estatal futura declarada) ayuda e informa el proceso de toma de decisiones que las personas llevan a cabo dentro de esa compañía para lograr el estado futuro.