No creo que la infancia determine en gran medida el potencial de liderazgo de un individuo.
Creo en la autodeterminación.
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Mientras que algunos hijos de familias emprendedoras y de la clase alta obtienen el ADN de los negocios y las relaciones con la “leche de la casa” de los padres, o no, otros obtienen las habilidades para luchar y ganar a través de las dificultades y en las calles, pero también no todos .
Por supuesto, el ejemplo de los padres de comportamiento ético y compromiso con las personas y la misión ayuda. Sin embargo, al final yace en las manos, el cerebro, el corazón y las almas de cada persona individual para convertirse, o incluso mejor, en hacer un líder de sí mismos.
Una buena posición inicial puede resultar en complacencia. La posición desfavorable puede ser un estímulo.
El liderazgo viene con amor, sudor y habilidad y solo hasta cierto punto fuera de la cuna y la infancia. Incluso si algunos disfrutan de posiciones iniciales más favorables, es la determinación, la dedicación, la resistencia, el apoyo recibido y el talento lo que finalmente conduce al éxito del liderazgo.