Un gran líder es aquel que puede delegar el poder a quienes lo merecen. Y con eso me refiero a las personas que se esfuerzan por lograr una sociedad eficiente, tolerante y justa donde se toman decisiones para mejorar la vida de las personas que viven en ella. El líder debe ser capaz de cooperar y trabajar para encontrar soluciones, también con aquellos a quienes no les gusta más. Entonces es importante tener en cuenta que todos los países son diferentes. Diferentes países necesitan diferentes tipos de líderes en diferentes momentos. Algunos pueden necesitar un estado fuerte para mantener la calma de los grupos étnicos en un momento tenso. Algunos pueden necesitar fortalecer sus instituciones. Algunos pueden no tener los recursos para administrar un estado de bienestar. Algunos pueden necesitar todo eso. Pero, sobre todo, ningún país necesita un líder que sea demasiado poderoso.
También es importante tener en cuenta los diferentes tipos de líderes. Vivo en Noruega, una monarquía constitucional donde el primer ministro es el jefe de gobierno y el rey es el jefe de estado. En repúblicas como los Estados Unidos, estos dos roles pertenecen al presidente. En otras palabras, es una de las principales tareas del presidente ser el jefe de estado. Promover la unidad y prevenir la polarización de la nación. Por lo tanto, un buen presidente es también uno que logra convertirse en un modelo a seguir para todos los grupos étnicos o religiosos de una nación.
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