¿Es mejor ser amado o temido como líder?
Tanto el amor como el miedo conllevan problemas para los líderes.
Si tienes miedo, tienes mucho control … hasta el punto en que alguien encuentra otra opción. Una vez que tengan otra opción, serás traicionado, porque a nadie le gusta vivir con miedo constante.
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El amor tiene el problema opuesto. Crea seguidores que están tan enamorados de ti que no podrás hacer que acepten decisiones difíciles, por ejemplo, una rendición, que te causaría problemas personalmente incluso si fuera mejor para el grupo. También hace que las personas tomen acciones extremas, ya veces peligrosas e incluso contraproducentes, para captar su atención o “complacerlo”.
Supongo que si tuviera que elegir uno u otro como líder, elegiría ser amado, pero como líder, preferiría ser respetado.
El respeto es algo que incluso las personas que no te quieren personalmente o que no están de acuerdo contigo pueden concederte. Significa que las personas confían en lo que les dices y pensarán seriamente en tus palabras. Hace que cosas como las negociaciones, que son esenciales para el liderazgo, sean mucho más fáciles. Ser un líder no es, o no debería ser, ganar un concurso de popularidad. Debería tratarse de hacer las cosas necesarias.