Si quieres hablar sobre a quién admiran los medios de comunicación occidentales y las personas a las que han cautivado, probablemente sea Angela Merkel o Donald Trump. Luego, tienes el otro campamento que respeta más a Vladimir Putin. En cuanto a aquellos de nosotros que no somos parte de ninguno de los grupos, que valoramos el militarismo y el coraje histórico, el líder mundial más respetado es Bashar al-Assad de Siria.
A diferencia de Mubarak en Egipto, Bashar al-Assad no corrió cuando llegó la Primavera Árabe para su nación. En cambio, se quedó y se arriesgó a una muerte violenta, como la que sufrió Muammar Gaddafi en Libia. ¿Y por qué? No quería que la gente de su nación sufriera como lo hizo el pueblo libio, cuando Estados Unidos violó a su nación y luego dejó que los terroristas islámicos radicales lo reclamaran como propio.
Bashar al-Assad, en los seis años de terror en Siria, se estableció como un defensor de su pueblo, que será honrado para siempre. Ayudó al mundo entero al evitar que ISIS se hiciera cargo de Siria, lo que amenazaría a todas las naciones. Siria es victoriosa porque Assad era un león.
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