En resumen, el modelo de las cinco fuerzas no funciona. Al menos no como un predictor del futuro. El modelo de las cinco fuerzas es realmente útil para comprender el pasado, pero no hay forma de usarlo de manera confiable para predecir lo que sucederá en el futuro.
Otro problema con el modelo es que la ventaja competitiva sostenible, ese santo grial de los negocios, no existe excepto en las industrias que están protegidas por el gobierno. Tenga en cuenta que los estudios de Porter se basaron en oligopolios de mediados del siglo XX. Mucho ha cambiado desde entonces y, a excepción de las industrias en las que el gobierno protege a algunas empresas, no existen barreras de mercado suficientes para crear una ventaja competitiva sostenible. La concurrida industria de consultoría en la que operaba el Grupo Monitor es un ejemplo perfecto de esto.
El mayor problema, tanto con el modelo de las cinco fuerzas de Porter como con su negocio, es que el propósito de un negocio, en su opinión, es principalmente hacer frente a la competencia para obtener una porción mayor del pastel. Sostendría que el propósito debe ser crear valor. Si crea valor, no necesita preocuparse por obtener una porción más grande del pastel porque el pastel puede crecer. Los mercados no son finitos como sostiene Porter.
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Este último problema es lo que realmente hizo el Grupo Monitor. No pudo crear un valor adecuado para los clientes y, como resultado, los perdió.