Primero, uno tiene que hacerse la pregunta, qué significa realmente “el mejor tipo” y en qué dimensiones se desempeñó bien Steve Jobs (o no tan bien en algunos casos).
Una cosa señalada en la biografía es que él tenía la supervisión estratégica y la atención al detalle. Es increíblemente difícil tener una visión general de las cosas en contexto. Pero es casi imposible controlar cada detalle al mismo tiempo.
También tenía el poder de visualizar el futuro (o su versión del mismo) claramente e impulsar a la organización hacia este futuro. Imagine que sabe exactamente cómo debe verse un dispositivo, cómo se siente, qué hace, cómo se comporta, y luego debe decirle a los ignorantes que lo rodean que lo hagan exactamente así.
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Ahí es donde entra una de sus debilidades: en este proceso no se comprometió por la calidad; de hecho, sacrificaría casi cualquier cosa por ello. Relaciones, personas, su salud …
Uno debería juzgarlo por sus logros. Y son primordiales: ha creado un jugador importante en una industria emergente, lo cambió después de su ausencia, interrumpió varias industrias y creó una de las historias corporativas más sorprendentes de la historia de los negocios y cambió vidas. En algunas áreas solo siguió el paquete (por ejemplo, el ambientalismo) o los ignoró por completo (responsabilidad social corporativa).