¿Cuándo es peor un cliente?

Primero necesito dejar una cosa clara. El servicio al cliente es una calle de doble sentido y el “cliente siempre tiene la razón” en su definición directa es un mito que con frecuencia crea los peores clientes.

Un cliente está en su peor momento cuando exige más allá de las solicitudes razonables. Cuando hacen que el problema sea personal con el representante que está tratando de ayudarlos en lugar de aceptar que el representante puede estar al final de su capacidad para ayudarlos. Siempre puede pedir hablar con alguien más y si siente que la persona que lo ayudó inicialmente no lo estaba ayudando y que no era un límite en la política, explíquele eso al supervisor de turno. Si cree que fue una limitación en la política, envíe una carta o correo electrónico cortés y bien explicado a la oficina corporativa. Te sorprendería lo poco que se necesita para cambiar una mala política una vez que alguien más arriba se da cuenta.

Conocí a todo tipo de representantes y encontré muchos que permitieron que este tipo de problemas los cubriera como el agua en la espalda de un pato y encontré muchos que se encenderán en un cliente tan pronto como el cliente haga un comentario despectivo (estos empleados obviamente, no duran mucho). No importa el nivel de paciencia del representante, todos son humanos y regularán emocionalmente el nivel de ayuda que pueden brindar en función de la actitud del cliente. Al final, sea un buen cliente y trabaje con la persona que intenta ayudarlo, no en contra de ellos.

Este no es un concurso. Los clientes están en su peor momento cuando no obtienen lo que esperan. Como parte de nuestra experiencia con el cliente, es esencial que establezcamos expectativas claras a lo largo del camino y luego las cumplamos o superemos CADA vez. Como gerente de servicio al cliente, ese fue sin duda el motivo de la mayoría de las situaciones escaladas.

Cuando están hambrientos, solitarios, confundidos o desinformados. Después de recibir el pago o de recibir una gran suma de dinero, siempre se coloca al consumidor en un lugar vulnerable. La mayoría de las personas, incluido yo mismo, tenemos una necesidad para las necesidades de la vida y hay momentos en que me encuentro comprando cosas que realmente no necesito cuando estoy de muy buen humor. Solo digo.

Creo que todo depende del cliente. Todo el mundo tiene días buenos y malos, pero es la personalidad de las personas la que te hará saber cuándo están en su peor momento.

Cuando están presentando una queja o desahogándose. Nunca los interrumpa o discuta con ellos. Lo hace mucho peor.